
🌱 Nuestra fidelidad hoy es la semilla de las riquezas que nuestros hijos cosecharán mañana 🙌🏻
En un mundo donde lo inmediato parece tener más valor que lo eterno, estas palabras nos recuerdan una verdad poderosa: lo que sembramos con fidelidad hoy no solo impacta nuestro presente, sino que determina la herencia de las generaciones futuras.
La fidelidad no siempre es fácil. Ser fiel a Dios, a nuestros principios, a nuestra familia y a nuestro llamado requiere convicción, perseverancia y fe. A veces, sembramos en lágrimas. A veces, nadie aplaude. Pero cada acto de fidelidad —aunque parezca pequeño— es una semilla sembrada en tierra fértil.
¿Y quién recogerá esa cosecha? Nuestros hijos. Nuestros nietos. Las generaciones que aún no han nacido.
> “El justo camina en su integridad; sus hijos son dichosos después de él.” — Proverbios 20:7
Cuando eliges perdonar, cuando oras aunque no veas resultados, cuando trabajas con integridad, cuando enseñas a tus hijos con amor y disciplina, estás invirtiendo en un futuro bendecido. Es posible que tú no veas toda la cosecha, pero tus hijos caminarán sobre la tierra que tú preparaste.
En una sociedad que exalta los atajos, Dios honra el proceso. Mientras el mundo dice “haz lo que te convenga”, Dios dice “sé fiel en lo poco y te pondré sobre mucho”. Esa fidelidad silenciosa —esa obediencia en lo oculto— construye un legado eterno.
No se trata solo de riquezas materiales, sino de paz, sabiduría, favor, salud emocional, fe firme… todas esas bendiciones que el dinero no puede comprar y que solo nacen de una vida sembrada en fidelidad.
Así que hoy, aunque cueste, sé fiel. Ama con intención. Sirve con humildad. Ora con fe. Trabaja con excelencia. Perdona de corazón. Porque cada acción que tomas es una semilla con poder eterno.
Recuerda: lo que siembras en fidelidad, tus hijos lo cosecharán en bendición. 🌾✨